domingo, 4 de enero de 2009

La Prehistoria Egipcia del Paleolítico a la Cultura Badariense (700.000-4.000 A.C.) 2/8.- El Paleolítico Medio

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Puntas Bifaciales. Paleolítico Medio
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EL PALEOLÍTICO MEDIO (250.000 –70.000 B.P.)

Y con esta segunda “Hoja Suelta”, continuamos con las aportaciones que sobre este período del Antiguo Egipto nos hacen los profesores Stan Hendrikx y Pierre Vermeersch, dentro del segundo ensayo de los quince que, como ya señalé en la anterior, consta la obra que nos ocupa: “The Oxford History of Ancient Egypt”. Ian Shaw. Oxford University Press, 2003.

El Paleolítico Medio Egipcio nos presenta un panorama más bien complejo cuyo origen hay que buscarlo en el Achelense Superior, en el que las hachas se asocian con la foliación bifacial y con un método típico nubio de picado de piedra. Los conjuntos se datan hacia antes de 250.000 B.P.

Es de entender, pues, que tales yacimientos acabasen teniendo un destino final muy similar al de los Achelenses; es decir, que cualquiera podía permitirse recoger, a placer, utensilios dispersados por todo el desierto, que antaño formaron parte de un conjunto de un yacimiento hoy inexistente. Y, a juzgar por la considerable proliferación de elementos, se diría que la densidad de población tenía que haber sido alta.

El Paleolítico Medio Egipcio, como en otras muchas zonas del Viejo Continente, se caracteriza por la introducción del Método Levallois ya tratado en nuestro anterior apartado; técnica especial, ya descrita, que habría sido diseñada para obtener lascas y láminas, de dimensiones predeterminadas, del núcleo de la piedra, denominadas “levallois”, caracterizadas por la dirección centrípeta de las aristas dorsales y por el talón facetado.

Además del procedimiento Levallois clásico, se empezó a trabajar el método Levallois nubio de picado para la producción de puntas líticas. En el Paleolítico Medio Egipcio se pueden distinguir varios tipos de útiles, si bien su cronología no es aún clara, pero investigaciones llevadas a cabo en el desierto occidental y en la zona de Qena nos han proporcionado ciertas pistas.

El Paleolítico Medio Nubio se caracteriza por la técnica Levallois nubía y por la foliación bifacial, o estructura en láminas, propia de las rocas metamórficas, y por las lascas con retoques en péndulo, evidentes en diversos yacimientos encontrados en Nubia, que si bien también existen en Egipto carecen de un estado de conservación aceptable.

Últimamente se ha desvelada una información relacionada con un período de mediados del Paleolítico Medio, sobre unas recientes excavaciones realizadas en Bir Tarfawi y Bir Sahara, en el Desierto Occidental, donde se han encontrado yacimientos, en muy buen estado de conservación, pertenecientes al Musteriense Sahariano. Parece evidente que la accesibilidad a dichos yacimientos en esta zona sólo era posible durante determinados épocas húmedas, cortas y puntuales, en un clima seco.

Se conoce la existencia en el Desierto Occidental durante la mayoría de los períodos de ocupación, e incluso durante ciertas épocas, de numerosos lagos y playas artificiales alimentadas de agua de lluvia de hasta 500 mm/año cuya profundidad, durante algunas fases, podía llegar a alcanzar los 7 metros; zona que eventualmente sería abandonada durante los períodos de extrema aridez. En cuanto a útiles, los más representativos eran los raspadores, las puntas líticas y los denticulados.

El entorno de las playas y lagos era, muy probablemente, rico en recursos florales que podían ser fácilmente explotados, pero de los que carecemos evidencias arqueológicas.

En cuanto a los fáunicos que eran explotados por el pueblo, parece que consistían en la liebre, el puercoespín y el gato salvaje, en un extremo de espectro dimensional; y el búfalo, el rinoceronte y la jirafa, en el extremo opuesto.

También estaban también las gacelas, principalmente la Gacela Dorcas (gazella dorcas), hoy en peligro de extinción, especialmente adaptada al hábitat donde se distribuye: Los desiertos del Norte de África desde Egipto hasta el Sahara Occidental.

La presencia de estos animales hace sugerir que la caza de pequeñas gacelas podría haber estado combinada, quizás de forma estacional, con la caza mayor.

Las aparentes discrepancias de contenido de diferentes escenarios pueden reflejar una variante en las actividades llevadas a cabo en diferentes yacimientos. Los ubicados en suelos hidromórficos fósiles caracterizados por una densidad baja en artefactos, indicarían un uso limitado, aunque probablemente sólo durante fases cortas; e incluso sólo en años muy secos.

Los yacimientos enclavados en arena de playa, eran accesibles durante una buena parte del año, pero probablemente no durante las estaciones de aguas altas; probablemente en verano.

Los yacimientos asociados con el fondo de lagos secos, reflejan episodios áridos inusuales; de cuando los lagos se secaron y sus lechos quedaron expuestos.

La cueva de Sodmein, cerca de Quseir, en las montañas del Mar Rojo, ha puesto en evidencia la existencia de condiciones de humedad similares durante mediados del Paleolítico Medio, con la presencia de cocodrilos, elefantes, búfalos, antílopes, y otros mamíferos de gran tamaño. La cueva habría sido visitada durante bastante tiempo, pero siempre en períodos cortos, y en los que con frecuencia se habrían encendido grandes hogares.

En algunos puntos de extracción, tales como el de Nazle Safaha, cerca de Qena, se ha recuperado material de las postrimerías del Paleolítico Medio junto a artefactos Halfan y Stafahan (Lavallois Idfuan), así como en otros lugares habitados próximos a Edfu, si bien la industria Halfan estuvo localizada en Nubia.

En comparación con el temprano Paleolítico Medio, la técnica Levallois nubia fue desapareciendo y, aparte de la producción de lascas y láminas de núcleos de plataforma doble y sencilla, solamente se utilizó una Levallois clásica, evolucionada para la producción de lascas Levallois delgadas. En los lugares habitados, se utilizaban buriles, denticulados y diversos útiles para hacer muescas.

Mientras tanto, el clima iba cambiando de árido a árido extremo, de forma que esta evolución climatológica acabó cambiando las condiciones de vida drásticamente, de manera que la fuente de alimentación quedó ahora restringida a los llanos sujetos a inundaciones, lo que obligó al pueblo del Sahara a abandonar la región propiciando así una gran concentración humana en el Valle del Nilo.

Durante el último período del Paleolítico Medio, (el Taramsan), se inicia una tendencia a producir láminas a partir de núcleos grandes de forma que, mediante un proceso continuado de producción de láminas, en vez de obtener unas pocas lascas Levallois individualmente de cada núcleo, se conseguía un número considerable de láminas de cada núcleo.

En Taramsa-I, un impresionante yacimiento de extracción y producción cerca de Qena, se ha podido comprobar el creciente interés que existía en la producción de láminas, sistema éste que acabó generalizándose durante el Paleolítico Superior.

Conjuntos similares han sido identificados en el Nerev, donde la transición del lascado Levallos a la producción de láminas ha sido bien documentada en el yacimiento de Boker Tachtit como de hacia el 45.000 B.P.
En Taramsa-I, se ha encontrado la sepultura de un niño, “anatómicamente moderno”, que ha sido asociada al Paleolítico Medio Tardío. Se trata, posiblemente, de la tumba más antigua de todo África.

Las técnicas empleadas en los lugares de extracción eran sencillas pero bien adaptadas a la existencia natural de sílex. Los guijarros se extraían de los depósitos de las terrazas utilizando un sistema de fosos y zanjas con profundidades que no excedían los 1’7 metros.

Sólo la parte superior de la terraza se explotaba, y los fosos y zanjas se caracterizaban por su irregular planimetría, con abundantes tentáculos y protuberancias.

Tenían paredes verticales, con recesos menores, y una anchura que variaba de entre un metro y casi dos. Al no estar el fondo del depósito de sílex excesivamente consolidado, sólo se requería el uso de herramientas sencillas.

Las depresiones en las zanjas se utilizaban, con frecuencia, como talleres para la fabricación de productos.

La extracción llegó a estar tan extendida, que en ciertas localidades, como en Qena, llegó a abarcar muchos kilómetros cuadrados.

La búsqueda de sílex de buena calidad, y la fabricación de herramientas especiales, nos dan una idea de la compleja organización de los habitantes del Valle del Nilo en esa época.

También nos indica que los seres humanos del Paleolítico Medio no sólo gozaban de la capacidad del razonamiento tridimensional, sino que también habían desarrollado un conocimiento de geología y geomorfología.

Si la teoría de los orígenes africanos del ser humano es cierta, teoría que aún hoy sigue siendo cuestionada por alunos antropólogos, el anatómicamente moderno Homo Sapiens tiene que haber cruzado también el Valle del Nilo en su paso del África Oriental hacia Asia.

No obstante, todavía no está claro si los datos arqueológicos nos pueden confirmar que existían similitudes entre el Paleolítico Medio en Egipto y el del sudoeste de Asia.

Y, finalmente, cabe señalar que la industria Ateriense, industria del Paleolítico Medio en África y Sahara, tan importante para el resto del Norte de África, sólo se encuentra hoy en algunos oasis del Desierto Occidental.

Rafael Canales

En Benalmádena-Costa, a 7 de enero de 2009.

Bibliografía:

“The Oxford History of Ancient Egypt”. Ian Shaw. Oxford University Press, 2003.
“Prehistoria”, Tomos I y II. Dra. Ana María Amilibia y otros. UNED 2001
“Historia Antigua Universal. Próximo Oriente y Egipto”, Tomo I, 2ª Parte. Dra. Ana Mª Vázquez Hoys, UNED, 2001.
“Ancient Egypt. Anatomy of a Civilization”. Barry J. Kemp. Routledge, 2006.
“The Prehistoric Egypt”, W.M. Flinders Petrie, British School of Archaeology in Egypt and Egyptian Research Account, Twenty-Third Year, 1917. London, 1920.
“Diccionario de Prehistoria”, Mario Menéndez, Alfredo Jimeno y Víctor M. Fernández, Alianza Editoral. 2001.

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