sábado, 6 de diciembre de 2008

El Arte Rupestre Egipcio en el Pleistoceno

Copia del Panel 1 en Qurta I, localidad 1 (QI,1,1.) Longitud Total aproximada de panel: 4 m

("Pinchar" y ampliar)

No hace mucho, la revista “Egyptian Archaeology”, en sus números EA13 y EA20, nos ponía al corriente de los trabajos que vienen realizando los egiptólogos belgas Dirk Huyge y Wouter Claes en el-Hosh, al sur del Alto Egipto, y de sus más recientes descubrimientos.

Podría tratarse del arte rupestre de Egipto más antiguo que exista. Más aún, recientes trabajos de los que nos informa este nuevo ejemplar de la revista, el EA33, han dado luz a nuevas piezas de arte gráficas coetáneas del Arte Rupestre Europeo del Pleistoceno que yo, tentativamente, y a la espera de más doctas conclusiones, situaría en la cultura Silsiliense, hacia 15.000 A.C. Industria del Paleolítico Superior Final en el Alto Egipto, anterior en parte y parecida a la Sebekiense, pero con geométricos y microburiles.

Debo puntualizar, para mimo de mi ego que raras veces y siempre de soslayo se deja ver, y menos aún mimar, que antes de terminar de leer la noticia que nos interesa, y a la vista de la supuesta antigüedad del descubrimiento (15.000 años), y de los detalles fotográficos, me puse a trabajar en el tema y llegué al convencimiento de que, como he mencionado anteriormente, estamos en el Pleistoceno Superior y que su protagonista es el Bos Primigenius o Uro del que hablaremos más adelante. Y las conclusiones parecen confirmar mi diagnóstico.

Fue esta una época en que los grandes mamíferos (el mamut, el rinoceronte lanudo, los megaceros, etc., fueron paulatinamente desapareciendo, aumentando todas aquellas especies características de un paisaje mixto, masas forestales cerradas y abiertas.

El descubrimiento que nos ocupa tiene sus orígenes en los meses de marzo y abril de 2004, cuando una misión del Belgian Royal Museums of Art and History, enfrascada en el análisis de unas representaciones gráficas de trampas para peces, figuras estilizadas de cocodrilos, etc. se encontró, en una localidad a unos 4 Km de la moderna el-Hosh, en la colina nubia conocida como Abua Tacura Bahari, con un repertorio de arte rupestre totalmente diferente de cuanto se conocía.

Consistía éste en varias docenas de bóvidos representados en un estilo naturalista y vigoroso, muy diferente de las estilizadas representaciones típicas de la iconografía predinástica del cuarto milenio A.C.

Por su pátina y desgaste, era evidente su antigüedad, al igual que su similitud con los grupos de bóvidos descubiertos por la Prehistoric Canadian Expedition entre 1962 y 1963, en el área de Gebel Silsila, en el margen izquierdo del Nilo.

Desaparecido el rastro de su ubicación exacta, la misión que dirigen Huyge y Claes logró, entre octubre y noviembre de 2005, redescubrir las mencionadas imágenes en la actual localidad de Qurta, en el borde norte de la llanura de Kom Ombo, 40 Km al sur de Edfu, y 15 Km al norte de Kom Ombo.

Progresaban los trabajos y entre los meses de febrero y marzo se llegaron a descubrir hasta tres nuevos emplazamientos de arte rupestre que se denominaron Qurta I, II y III, que ofrecían un total de, al menos, 79 imágenes.

Su mayoría, un 76%, eran bóvidos, además de algunas figuras humanas estilizadas, de nalgas muy prominentes, aves, hipopótamos, antílopes africanos, etc. Todas ellas con muestras de un marcado deterioro debido a la erosión eólica o hídrica.

Las figuras no muestran signo alguno de domesticación. Por otra parte, no parecen formar grupos sino más bien un conglomerado de figuras individuales con diferentes posturas, movimientos y actitudes, e impresiona su marcada sensación de movimiento. Todo ello muy en contraste con el arte rupestre del Período Predinástico.

Sorprende, igualmente, el tamaño de las imágenes que puede variar de entre 0’80m y 1’80m.

Otra particularidad de este arte es el naturalismo de los bóvidos que combina con unas figuras humanas altamente estilizadas, comparables a las de la fase cultural Magdaleniense del Paleolítico Europeo.

En cuanto a la identificación del bóvido, coincido plenamente con la apreciación de Huyge y Claes de que estamos ante ejemplares del Bos Primigenius, o Uro.

En la cabecera de esta “Hoja Suelta”, aparecen dos fotografías: Una corresponde a un detalle de las imágenes publicadas en el ejemplar EA33 de la revista, de cuya fotografía es autor el propio Dirk Huyge (QI.1.1). La otra, proviene de mis propios archivos, y ha sido extraída de un Cuadro que muestra la fauna y flora existente en Europa y Norte de África durante el período glaciar Riss, en el que, si bien anterior al período que nos ocupa, ya aparece el Bos Primegenius.

El Uro es un rumiante, un toro de gran tamaño y elevada estatura, de cuernos macizos de sección circular, de pelo corto, blanco o rojizo, y cola bastante larga. Dato este que llamó mi atención y me hizo profundizar en el tema.

Comparando las dos, no parece haber dudas de que, en efecto, se trata del mismo ejemplar. Lo primero que se aprecia es el movimiento, acentuado quizás ante la rigidez, actitud estática y frialdad de un simple dibujo. Se aprecia sin reparos la cola larga y, en cuanto a los cuernos, y Dios me libre de ser un experto, discrepo de la apreciación de diferencias notables en cuanto a su longitud al variar ésta entre los mismos ejemplares, mostrando algunos una cornamenta más prominente e incluso más retorcida que otros. Sin olvidar la lógica y posible evolución del animal hasta su extinción, relativamente reciente.

Sí es de consideración, pues, el hecho de que el Uro vivió en gran parte de Europa y Norte de África hasta que, en 1627, fueron ejecutados los últimos ejemplares a orillas del Vístula. Los actuales bueyes domésticos son sus descendientes directos.

Y siguiendo el hilo del tema, los descubrimientos de la misión canadiense de los años 1962-63, ya mencionada, junto a otras similares, sitúan este arte rupestre entre los 15.000 y 16.000 años.

El inventario fáunico procedente de estos lugares encaja a la perfección – con la posible excepción del antílope África de escasa presencia – con el repertorio oficial del arte rupestre de Qurta.

“Cualquiera que sea su auténtica cronología dentro del Pleistoceno Superior, el arte rupestre de Qurta no tiene parecido con ningún otro en cualquier parte de Egipto, e incluso de todo África” (sic). Y así lo sentencian sus descubridores

Señalan, eso sí, dos posibles casos de paralelismo, aunque a una escala muy inferior, en Abu Tanquera Bahari y Wadi Abu Subiera; este último de 2006, responsabilidad del S.C.A. (Aswan), con sólo unas 30 a 35 figuras.

Se concluye finalmente que, teniendo en cuenta todas las consideraciones expuestas, el arte rupestre de Qurta muestra una mentalidad auténticamente paleolítica muy equiparable a la de la Era Glaciar Europea, por lo que sus valedores proponen la atribución de dicho arte rupestre a la cultura del Pleistoceno Superior (Ballaniense-Silsiliense), o de similar naturaleza y antigüedad a la del Paleolítico Superior. Antigüedad que ellos fijan alrededor de los 15.000 años.

Se hace la salvedad de que no existe actualmente ninguna confirmación formal sobre la edad de esta cultura, si bien se está evaluando su potencial para una eventual datación mediante la aplicación de técnicas arqueológicas.

Consecuentemente, durante los años 2007 y 2008 se ha procedido a la correcta documentación e inventario de los hallazgos de treinta paneles de los quince puntos de referencia existentes, así como a la elaboración del correspondiente archivo fotográfico y al calco de las imágenes a tamaño natural sobre hojas de plástico transparentes.

Y como colofón y guinda de esta última campaña, cabe destacar el descubrimiento de un asentamiento del Paleolítico Superior junto al borde del acantilado que soporta el arte rupestre de la QIII.

Su investigación se llevará cabo en 2009 y se espera que sus características arqueologías y fáunicas pemitan arrojar nueva luz sobre la edad del arte rupestre de Qurta y de sus hacedores.


Rafael Canales


En Benalmádena-Costa, a 6 de diciembre de 2008.


Bibliografía:

“Egyptian Archaeology”. The Bulletin of The Egypt Exploration Society, No. 33 Autumn 2008
“Prehistoria”,
Tomo I, Paleolítico y Mesolítico, Dra. Ana María Muñoz Amilibia, Catedrática de Prehistoria de la UNED, y otros. Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2003

2 comentarios:

nano dijo...

es de agradecer esta informacion. se me hace tan dificil encontrar buenos articulos sobre la prehistoria egipcia, que este articulo lo he disfrutado plenamente. eres un crack.

Rafae Canales de Mendoza dijo...

Gracias. Bueno, quizás sea una forma de enseñar aprendiendo, o más bien de aprender enseñando. Hay que encontrar una vía para una mayor divulgación...Para bien de otros pues yo, la verdad, soy feliz con el parto y disfruto del neonato.
Un abrazo, Rafa Sr