El 23 de marzo del presente año, una delegación del gobierno egipcio encabezada por su Primer Ministro Ahmed Mohammed Nazif, acompañado del Ministro de Cultura Farouk Hosny, del Gobernador de Luxor, Samir Farag, y del Secretario General del Consejo Superior de Antigüedades (SCA) Zahi Hawass, en una visita al emplazamiento, quiso mostrar el interés institucional por el desarrollo de los trabajos llevados a cabo por el conocido como “Proyecto de Conservación del Templo de Amenhotep III y de Los Colosos de Memnon”.
El Proyecto, bajo la Dirección de Hourig Sourouzian y Rainer Stadelmann, está compuesto de unos treinta especialistas de doce diferentes nacionalidades y viene financiado, en su mayoría, por la Association des Amis des Colosses de Memnon - gracias a la generosidad de Monique Hennessy - y por la Förderverein Memnon, encabezada por Ursula Lewenton. De sus recientes logros nos informa su propia Directora Houring Sourouzian. (Ver el Nº 33 de la Revista Boletín “Egyptian Archaeology” de la Egypt Exploration Society”.
Las fotos que encabezan esta “Hoja Suelta”, procedentes de la base de datos del Museo Británico, nos muestran, en la primera, a Michael Neilson del Departamento de Conservación, Documentación y Ciencia del Museo, enfrascado en los retoques finales de “su recién nacida cabeza” y, en la segunda, el producto ya terminado con las dos cabezas gemelas de las que una es una pura e indistinguible réplica.
La original, una de las dos cabezas de cuarcita de Amenhtep III, joyas preciadas del Museo, fue adquirida en 1823 del coleccionista Henry Salt procedente del templo funerario del rey en Kom el-Hettan. La cabeza, de 117 centímetros de altura, luce la corona roja del Bajo Egipto.
El equipo se ha esforzado en localizar los colosos de cuarcita a cuyos cuerpos pertenecen dichas cabezas que representan al faraón con la Corona del Bajo Egipto, erguido, con sus brazos cruzados sobre el pecho, y sujetando contra él las insignias reales. Extraídos de las canteras de cuarcita de Gebel el-Ahmar habrían estado colocados en la mitad norte del peristilo del templo.
Desde el inicio de los trabajos, se han ido recogiendo y acumulando, junto a trozos de torsos de considerable tamaño, miles de fragmentos que se han ido catalogando, emparejando y reensamblando, de forma que en el 2007 se pudo reconstruir una estatua hasta la altura de la cintura que, una vez colocada sobre su base original de granito, quedó finalmente situada en la mitad occidental del pórtico oeste en su correcta posición.
Simultáneamente, y contando con el apoyo financiero de la Förderverein Memnon, el Museo Británico puso en las manos de Michael Neilson, la tarea de crear - y enfatizo lo de “crear” - una réplica exacta de la cabeza que, terminada, presentaba un perfecto acabado en cuanto a la precisión de detalles, color, textura y veteado, e indistinguible del original.
Durante este año 2008, se añadirían los fragmentos del pecho que faltaban y se completaría así la escultura en bulto redondo del soberano a la que, previa autorización del SCA, se añadiría la réplica, una vez transportada de Londres a Egipto. Y es allí donde ahora podemos verla, erguida y orgullosa, en el marco del pórtico oeste del peristilo.
Mientras los colosos de la mitad norte van tocados de la corona roja del Bajo Egipto, los colosos de la mitad sur, sin embargo, lucen la corona blanca del Alto Egipto, habiéndose recuperado a lo largo de estos últimos diez años grandes piezas de granito rojo de Aswan y miles de pequeños fragmentos que se han ido catalogando según procedencia, color, textura e iconografía. Y, de hecho, este mismo año se ha encontrado una cara real de granito rojo, con visibles desperfectos, en la zona próxima a la entrada.
Por otra parte, los trabajos de conservación de la estela norte del peristilo continúan. Se trata del trabajo que se viene realizando en una de las dos estelas que flanqueaban el pasillo axial y que se derrumbaron en la Antigüedad.
La del sur, rota en dos trozos, fue restaurada y colocada en 1949 por la entonces Service des Antiquités, ahora SCA. La del norte, por el contrario, estaba totalmente fraccionada y esparcida por la zona próxima a la entrada.
Más de ciento cincuenta piezas han sido ya limpiadas y catalogadas; algunas de ellas, de enorme tamaño, han sido trasladadas con la ayuda de colchones de aire a la zona de conservación donde se ha llevado a cabo una reconstrucción, a forma de rompecabezas, sobre un terreno cercano a su emplazamiento original. Con sus 9 metros de largo, 3 de ancho y 1 de grueso, este monumento, esculpido en cuarcita, como su gemela, sólo se conocía por un dibujo reproducido en un trozo de texto.
El examen estratigráfico de los terrenos próximos al peristilo ha dejado evidenciar la existencia en algunos estratos del llamado “efecto de licuefacción”, fenómeno este también observado en los cimientos del segundo pilono y considerado fuente y posible origen de un fuerte terremoto. Este importante descubrimiento de Arkady Karakhanyan arroja nueva luz sobre el que causó la destrucción del templo, mucho antes del 27 A.C. del que dan testimonio los antiguos registros.
En otro orden de cosas, y continuando los trabajos de limpieza y conservación, a finales de la temporada última, los ingenieros han llevado a cabo el examen de la zona próxima a la entrada del segundo pilono en la que descasan restos de otras estatuas colosales de cuarcita de Amenhotep III, con la intención de desarrollar un proyecto de consolidación de cimientos que les permita la eventual colocación de los colosos en su situación original.
El coloso del sur, descubierto en 2003 y desenterrado en 2006, ha dejado al descubierto, después de una meticulosa limpieza, una estatua de la “Gran Consorte Real Tiya” de grandes proporciones que, con sus 3’62 metros de altura, aparece junto a la pierna derecha del monarca. La reina va tocada de una ancha peluca, en la que se aprecia el hueco de un inexistente uraeus, coronada por altas plumas. Su mano izquierda descansa abierta en las jambas del trono mientras la derecha, rota, sostiene lo que queda de un papiro. Viste un largo y ajustado traje y, bajo sus manos, su nombre y títulos aparecen grabados en las jambas del trono.
Continúan, eso sí, los problemas causados por los constantes depósitos de excrementos de pájaros que hacen de los Colosos de Memnon su cálido hogar donde libremente anidan. Se prueban todo tipo de elementos disuasorios, como puede ser la utilización de redes galvanizadas muy finas, invisibles a la vista del visitante, que evitan la utilización de métodos más agresivos pero que resultan ineficaces en las holgadas y a veces profundas oquedades.
Existen ya planes de protección de la mitad oeste del emplazamiento que alberga el peristilo, la sala hipóstila y los santuarios, con vista a una apertura al público del lugar dentro de los próximos cinco años. Los planos del proyecto, concebido y dibujado por el arquitecto Nairy Hampikian, han sido ya presentados al SCA para su aprobación, si procede.
Rafael Canales
Benalmádena-Costa a 25 de noviembre de 2008
El Proyecto, bajo la Dirección de Hourig Sourouzian y Rainer Stadelmann, está compuesto de unos treinta especialistas de doce diferentes nacionalidades y viene financiado, en su mayoría, por la Association des Amis des Colosses de Memnon - gracias a la generosidad de Monique Hennessy - y por la Förderverein Memnon, encabezada por Ursula Lewenton. De sus recientes logros nos informa su propia Directora Houring Sourouzian. (Ver el Nº 33 de la Revista Boletín “Egyptian Archaeology” de la Egypt Exploration Society”.
Las fotos que encabezan esta “Hoja Suelta”, procedentes de la base de datos del Museo Británico, nos muestran, en la primera, a Michael Neilson del Departamento de Conservación, Documentación y Ciencia del Museo, enfrascado en los retoques finales de “su recién nacida cabeza” y, en la segunda, el producto ya terminado con las dos cabezas gemelas de las que una es una pura e indistinguible réplica.
La original, una de las dos cabezas de cuarcita de Amenhtep III, joyas preciadas del Museo, fue adquirida en 1823 del coleccionista Henry Salt procedente del templo funerario del rey en Kom el-Hettan. La cabeza, de 117 centímetros de altura, luce la corona roja del Bajo Egipto.
El equipo se ha esforzado en localizar los colosos de cuarcita a cuyos cuerpos pertenecen dichas cabezas que representan al faraón con la Corona del Bajo Egipto, erguido, con sus brazos cruzados sobre el pecho, y sujetando contra él las insignias reales. Extraídos de las canteras de cuarcita de Gebel el-Ahmar habrían estado colocados en la mitad norte del peristilo del templo.
Desde el inicio de los trabajos, se han ido recogiendo y acumulando, junto a trozos de torsos de considerable tamaño, miles de fragmentos que se han ido catalogando, emparejando y reensamblando, de forma que en el 2007 se pudo reconstruir una estatua hasta la altura de la cintura que, una vez colocada sobre su base original de granito, quedó finalmente situada en la mitad occidental del pórtico oeste en su correcta posición.
Simultáneamente, y contando con el apoyo financiero de la Förderverein Memnon, el Museo Británico puso en las manos de Michael Neilson, la tarea de crear - y enfatizo lo de “crear” - una réplica exacta de la cabeza que, terminada, presentaba un perfecto acabado en cuanto a la precisión de detalles, color, textura y veteado, e indistinguible del original.
Durante este año 2008, se añadirían los fragmentos del pecho que faltaban y se completaría así la escultura en bulto redondo del soberano a la que, previa autorización del SCA, se añadiría la réplica, una vez transportada de Londres a Egipto. Y es allí donde ahora podemos verla, erguida y orgullosa, en el marco del pórtico oeste del peristilo.
Mientras los colosos de la mitad norte van tocados de la corona roja del Bajo Egipto, los colosos de la mitad sur, sin embargo, lucen la corona blanca del Alto Egipto, habiéndose recuperado a lo largo de estos últimos diez años grandes piezas de granito rojo de Aswan y miles de pequeños fragmentos que se han ido catalogando según procedencia, color, textura e iconografía. Y, de hecho, este mismo año se ha encontrado una cara real de granito rojo, con visibles desperfectos, en la zona próxima a la entrada.
Por otra parte, los trabajos de conservación de la estela norte del peristilo continúan. Se trata del trabajo que se viene realizando en una de las dos estelas que flanqueaban el pasillo axial y que se derrumbaron en la Antigüedad.
La del sur, rota en dos trozos, fue restaurada y colocada en 1949 por la entonces Service des Antiquités, ahora SCA. La del norte, por el contrario, estaba totalmente fraccionada y esparcida por la zona próxima a la entrada.
Más de ciento cincuenta piezas han sido ya limpiadas y catalogadas; algunas de ellas, de enorme tamaño, han sido trasladadas con la ayuda de colchones de aire a la zona de conservación donde se ha llevado a cabo una reconstrucción, a forma de rompecabezas, sobre un terreno cercano a su emplazamiento original. Con sus 9 metros de largo, 3 de ancho y 1 de grueso, este monumento, esculpido en cuarcita, como su gemela, sólo se conocía por un dibujo reproducido en un trozo de texto.
El examen estratigráfico de los terrenos próximos al peristilo ha dejado evidenciar la existencia en algunos estratos del llamado “efecto de licuefacción”, fenómeno este también observado en los cimientos del segundo pilono y considerado fuente y posible origen de un fuerte terremoto. Este importante descubrimiento de Arkady Karakhanyan arroja nueva luz sobre el que causó la destrucción del templo, mucho antes del 27 A.C. del que dan testimonio los antiguos registros.
En otro orden de cosas, y continuando los trabajos de limpieza y conservación, a finales de la temporada última, los ingenieros han llevado a cabo el examen de la zona próxima a la entrada del segundo pilono en la que descasan restos de otras estatuas colosales de cuarcita de Amenhotep III, con la intención de desarrollar un proyecto de consolidación de cimientos que les permita la eventual colocación de los colosos en su situación original.
El coloso del sur, descubierto en 2003 y desenterrado en 2006, ha dejado al descubierto, después de una meticulosa limpieza, una estatua de la “Gran Consorte Real Tiya” de grandes proporciones que, con sus 3’62 metros de altura, aparece junto a la pierna derecha del monarca. La reina va tocada de una ancha peluca, en la que se aprecia el hueco de un inexistente uraeus, coronada por altas plumas. Su mano izquierda descansa abierta en las jambas del trono mientras la derecha, rota, sostiene lo que queda de un papiro. Viste un largo y ajustado traje y, bajo sus manos, su nombre y títulos aparecen grabados en las jambas del trono.
Continúan, eso sí, los problemas causados por los constantes depósitos de excrementos de pájaros que hacen de los Colosos de Memnon su cálido hogar donde libremente anidan. Se prueban todo tipo de elementos disuasorios, como puede ser la utilización de redes galvanizadas muy finas, invisibles a la vista del visitante, que evitan la utilización de métodos más agresivos pero que resultan ineficaces en las holgadas y a veces profundas oquedades.
Existen ya planes de protección de la mitad oeste del emplazamiento que alberga el peristilo, la sala hipóstila y los santuarios, con vista a una apertura al público del lugar dentro de los próximos cinco años. Los planos del proyecto, concebido y dibujado por el arquitecto Nairy Hampikian, han sido ya presentados al SCA para su aprobación, si procede.
Rafael Canales
Benalmádena-Costa a 25 de noviembre de 2008
Bibliografía:
"Egyptian Archaeology". Bulletin of The Egypt Exploration Society. No. 33 2008
"British Museum Collection Database"
1 comentario:
preciosos articulo rafa, me ha encantado, que ganas de volver a Tebas madre mia. voy a investigar a ver que demonios es eso del efecto de licu... no se que.
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